viernes, 10 de febrero de 2012

Yo buscaba el cielo en tu mirada.


Nunca fui de dedicarle más de dos renglones al amor, sobre todo si después iba a tener que perderme por los tejados de cualquier ciudad. Que eso de que le hacías competencia a todos los amaneceres juntos, no se comparaba como cuando sonreías y le hacías la competencia al sol. Tampoco fui de esas de ponerse tacones e irse a comer el mundo porque siempre era el mundo el que me comía a mí, pintarme los labios de rojo y parecer una zorra más bien se lo dejaba a esa que abría las piernas más que sus brazos. Y ahora solo veo que si tú no hubieras hecho que abriera los ojos, estaría arrastrándome por todas las esquinas, y bocas de metro que buscaban romper mis medias y yo el suelo.

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